Sólo eso pido, más que silencio. Más que el silencio de Chet Baker acostado sobre el suelo de una habitación de hotel en Amsterdan. Levántate y empínate sobre tu trompeta mientras escribo el miedo sobre todos estos diferentes sonidos viniendo de diferentes lugares. Dios a la altura de mi cabeza. La experiencia son esferas sonoras que vibran en la oscuridad. ¿Cuándo dejas de escribir?, cuando empiezo a escuchar voces…y después colgaron el teléfono.

El animal le habla al pensamiento: morder al suicidio en su pierna izquierda. El mundo se expande en cada mirada: trompeta inagotable, gotas secas del tiempo, segundos y vocales.
5 comentarios:
Ligeraente abrumador... Dices tanto en tan poco...
Es exquisito...
Beshos!
Muy bueno!!
Te sigo.
Besos
Cuantas sensaciones me desperto leer esto.
los segundos.... me suena a chocolates tristes que sonríen en las tardes de otoño...
me gusta!
me gusta mucho es segundo párrafo, si se me permite.
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