Ando perdido, ciego de la cabeza, sin razón de ver,
con el tiempo a secas, adormecido al borde de la cama, en los pasillos, las
escaleras, las calles, los tribunales. No me encuentro ni siquiera cuando rio. Mi
nuca es la almohada y la noria.
Dicen que cometí un error, que perdí el rastro, dicen
y pasan los días desde el primer café.
Distancia e indiferencia que me crece como pelo
debajo de la piel. Narcisismo cristiano. Iré a ducharme, afeitarme y a tomar
café, debo volver sobre mis pasos, uno a uno como en la máquina del tiempo y
con una botella de vodka.

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