Crónicas maracayeras

 Hiperrealismo: otros girasoles

"Odio las flores. Las pinto porque son más baratas que los modelos, y no se mueven".

 Georgia O'Keeffe

Viernes, sábado y domingo, excesivos. Ahora es lunes de nochecita y ella se acaba de ir.

Ese día fui a ver “Bodas de sangre” y regresé a casa 16 horas después de la muerte de Leonardo.  También fui por una cerveza con la muerte, la mendiga, la perra, la actriz, con ella:

– Silencio.

Deprisa  –.

Otros sonidos... y pensé en el amor.

Amaneció debajo de las sabanas con la carne entreabierta como la puerta de mi habitación, larga, anochecida y para cualquier mirada. No importó que nos vieran, ella durmió toda la noche mientras yo la esperaba lamiendo sus parpados.

¿Alguna vez te he dicho que te pareces a Georgia O'Keeffe?  –

– No, ¿Quién es?  –.

–Ya escribiré algo sobre este momento.

Allí estaba el escenario nuevamente: la cama que tanto se repite debajo de la luz, luz de sillas, llevadas y traídas por hermosos fantasmas que a través de mi cerveza cantan y ríen como amigos comiendo de mi mano y bebiendo de mis ojos; los veo, se convierten en los mismos habladores de siempre, son las horas que han hecho efecto y de pronto ya no estábamos allí. Eran sus amigas, no mis pensamientos: Una pianista que practica tenis, una estudiante de enfermería, otra muchacha que dice ser lesbiana y profesora de…, dos violinistas, y ella. La mesa era red de espuma. Yo era “El novio” sobre esa maldita silla fuera de escenario, amarrado en la mirada y en sus mentiras, una a una en mis muñecas y en mis tobillos, vueltas duras alrededor de la piel. No dejaban levantarme, sólo podía escucharlas, fumar y beber sorbos de mi fría y prejuiciosa cerveza.

– Los demás es establo, establo oscuro, mi amor, sal de allí. Descalza, no importa.  

Debes saber que yo también tengo navaja, pero explotó aquél día cuando traté de picar un cable de televisión. Casi mueres, dijo el técnico.

Pinturas: Georgia O´Keeffe. Superior: Cow`s Skull, Red, white, and blue. Inferior: Caracol blanco. (1931)